Escucha tu cuerpo
Créditos fotoEscrito por Urpi
#LoPersonalEsPolitico
Alerta: Se advierte que el contenido de esta publicación puede ser sensible o detonante.
Cuando me dijeron para escribir el primer posteo de esta sección, me pregunté “qué es lo que afecta a todas las mujeres, en mayor o menor medida” Inmediatamente, llegó a mi cabeza los problemas relacionados con el tamaño de nuestro cuerpo, que son los más evidentes y más difíciles de modificar. Y es que esa búsqueda de cambiar tu tamaño puede llegar a límites peligrosos para la salud como usar pastillas, someterte a dietas, ejercicio intenso o desórdenes alimentarios como me sucedió a mí.
Todo inició cuando tenía 7 años. Empecé a aumentar de peso muy rápido al punto de casi llegar a la obesidad infantil. Mis padres, súper preocupados, me empezaron a llevar a diferentes médicos, nutricionistas y todos decían siempre lo mismo: “La niña tiene que bajar de peso”. Es en ese momento que empezó mi relación tóxica con la comida, pues fui sometida a dietas estrictas, ejercicios agotadores y pastillas. Y todo para que al final volviera a comer en exceso, subir nuevamente de peso, engordar y volver a las dietas, ejercicios, etc. Es decir, me perdí en un ciclo que no acababa nunca. Este círculo me llevó a desarrollar un trastorno alimenticio, que derivó en una alteración total de mi deseo de comer. Todos los días pensaba en: “¿Cuántas calorías tendrá eso?” “¿Qué comida no engorda?” “No puedo comer grasa”, etc.”
No fue hasta muchos años después que encontré lo que considero una luz al final de todo este camino oscuro para todos/as/es que no nos sentimos bien en relación con nuestros cuerpos: “alimentación intuitiva”. Esta ha sido desarrollada por nutriólogos/as y médicos/as alrededor del mundo. Básicamente, este enfoque plantea el aceptar tu cuerpo tal como es. Lo sé. Suena a estas frases cliché de positivismo tóxico que se dicen, pero el trasfondo de este nuevo enfoque es bastante reconfortante pues te enseñan a “escuchar” a tu cuerpo y no restringirte de comer nada. Si quieres comer galletas, come galletas; si quieres una hamburguesa, come la hamburguesa. Eso es porque le enseñamos a nuestro cuerpo a no comer eso que deseamos con desesperación. Sin embargo, una vez que comes tantas veces lo que deseas, va a llegar un punto en el que tu cuerpo ya no te pedirá hamburguesa sino, una fruta o verdura. Así, poco a poco, entenderás que pide tu cuerpo.
La alimentación intuitiva fue la salida para por fin dejar de pensar en comida todo el día y poder enfocarse en nuevos proyectos. Claro, no voy a mentir. Es un proceso largo que requiere mucha paciencia con tu cuerpo y aceptación pues puede que realmente bajes de peso como puede que subas. Esto dependerá mucho de tu cuerpo. Ahora, puedo decir que me siento mucho mejor, agregué un grupo alimenticio a mis comidas diarias (mucha proteína), lo que generó que tenga más energía y vuelva a practicar deportes. Igual, recomiendo que todo este proceso sea llevado junto a un profesional de la salud, pero no cualquier profesional, tiene que ser con quienes apliquen este enfoque.
Aún me encuentro en ese largo trayecto de autoaceptación al igual que muchos/as/es alrededor del mundo. Todo este proceso me ayudó a sacar dos conclusiones. Por un lado, para tener una mejor relación con la comida, cuerpo, etc., buscar a médicos o nutricionistas que no solo se centren en el peso, que tengan en cuenta otros factores como colesterol, glucosa, etc. y, por otro, no permitir que ningún profesional de la salud juzgue solo por la apariencia; existen muchos tipos de personas y, también existen médicos/as gorfóbicos/as.
El programa del voluntariado es posible gracias al apoyo de Cuso International y al Gobierno de Canadá.